miércoles, 24 de noviembre de 2010

Apuntes de bitácora de edén coronado sobre la sesión dedicada a la canción, expuesta por darío parga.

Una Canción.
13 de octubre de 2010.

Los presentes apuntes de bitácora tienen la intención de narrar en cierta medida el evento que tuvo lugar al interior del taller de reflexión sobre la creación artística, en base a cada una de las sesiones, lo que nos permita ir teniendo un registro de lo ahí discutido y vaya planteando sus cauces y devenires en relación principalmente a las problemáticas de la creación.
No se trata pues de un minucioso registro, a la manera de una radiografía que desentraña los más mínimos detalles de un cuerpo; se pretende la elaboración de una postal tal vez, un pequeño retrato o esbozo que dibuje los alcances del estudio que cada sesión se propone. A fin de cuentas, parte de la naturaleza del taller es justamente que su estructura y dinámica se resuelvan en el intento y en el acto de cada reunión.

Aquí surge una problemática particular al respecto, para Darío resulta preocupante que el taller devenga en un exceso intelectual que se pierda en un discurrir dialéctico, situación que se atisba al abusar de una reflexión histórica en las discusiones hasta el momento sostenidas sobre los problemas en el ámbito de las disciplinas artísticas.
Coincidimos en el peligro apuntado, al tiempo que mi postura se emplaza al proponer que si bien es imperioso cuidar el riesgo señalado, las mínimas referencias históricas proveen un punto de  partida a la discusión que enmarque sus posibilidades objetivas y tampoco nos haga caer en el exceso de la particularidad frente a las temáticas.

Así se establece dentro del estudio, que la definición de Canción como disciplina tiene que voltear los ojos a su referencia histórica, donde Juan Tejada apunta la posibilidad de que la poesía (escritura/lectura) pueda surgir de la canción y no al revés. Este punto se pone en la mesa como parte del Quid de la definición de la Canción por separado de los terrenos musical y literario que le atañen.
Así como en la dramaturgia existe una problemática de definición al separarla de la literatura por su naturaleza de potencia escénica y no de lectura como fin en sí; la Canción respecto de la música (discurso abstracto) y de la literatura (discurso objetivo) encuentra su definición que le guarda un lugar propio a partir de la dicotomía en la que utiliza ambos discursos y consigue una sola percepción que globaliza los signos utilizados.
Entonces, ¿en que radica la capacidad asertiva de la Canción?
Si la letra de la canción y su música llegan al mismo punto en la percepción de quien la escucha, podría ser un punto de partida en la definición de acertividad.
Si el hecho de la suma de los lenguajes (abstracto de la música y concreto de la escritura) es la que propone su definición, resulta el valor de significado objetivo su plus frente a la música. Es decir, la significación que se logra de la música es abstracta, mientras que la significación que se logra con el lenguaje de las palabras es concreto, objetivo.

Aquí entramos en el tema del suceder y es entonces que el interpretar tiene un valor predominante en la canción. Se apunta: la capacidad de identidad (identificación del receptor con lo que presencia) que logra la canción, está ligada a su condición democrática, esto es la apertura y amplitud de rango en la posibilidad de compartirse sin mayor noción de la disciplina. De ahí su condición que la liga profundamente a la tradición y sus conquistas culturales que perfilan la identidad como máximo logro.
En su separarse del elitismo propio de la música (toda aquella que no es canción) y de la literatura, su conflicto actual se vislumbra en la tradición misma. Esto es, en el conflicto entre tradición y una mala tradición: aquella que apela a su popularidad pero sin brindar más elementos que cuestionen o pongan en jaque quiénes somos. Así, los fenómenos culturales que relacionan inmediatamente un sector social a determinado estilo de canción (hablemos de los corridos, por ejemplo) terminan por agotar su posibilidad artística al negar la identidad y las posibilidades del reconocernos por virtud del cuestionamiento, en la gratuidad de lo esquemático y el solipsismo.
A manera de conclusión (cierre de la sesión, más que concluir la problemática a discutir) volvemos al poderío de la interpretación, es decir cómo la obra opera en el receptor y como esto no es necesariamente  intrínseco a la obra y viceversa. Por eso es que canciones en un idioma ininteligible para alguien puedan operar en dicha persona de manera efectiva o al revés.
Así pues luego de leer una canción que Darío ofrece al taller, insistimos en la necesaria interpretación  de su canto, lo que concluye que la potencia de la Canción no está en la suma de su significación sobre lo abstracto de la música sino en su interacción de sentido.

Queda para otra sesión abordar los problemas sobre la construcción en sí de una canción.


apuntes de bitácora por juan tejada sobre la sesión dedicada al teatro, expuesta por edén coronado.

San Luis Potosí a 13 de octubre de 2010

Un abordaje a la definición de Actuación en San Luis Potosí

El presente texto intenta establecer un punto de partida para la reflexión y discusión sobre la labor actoral en la ciudad de San Luis Potosí. Se espera que la discusión ayude a localizar los problemas más significativos en la conceptualización de la disciplina siempre atendiendo a la realidad de la problemática local. Para este fin se propone la problematización de un caso concreto  con el fin de fallar los argumentos de la especulación.

Al igual que muchos campos del conocimiento actual el arte no ha logrado escapar a la disolución de los saberes absolutos que fundamentaban la certeza de una conexión con la realidad objetiva más allá de los filtros de la cultura y la subjetividad. Si las ciencias puras se elevaron durante buena parte del siglo XX como garantes de coherencia y veracidad en sus métodos y criterios, es claro que para fines de siglo el sueño dogmático de una razón absoluta se ha disipado irremediablemente. Las artes y su discurso de liberación y expresión del absoluto cae en descrédito como consecuencia inmediata. El ejercicio demoledor que habían previsto las vanguardias históricas a principios de siglo XX no hizo sino exacerbarse hasta el punto de conducir a la hoy urgente reformulación de la definición del arte frente a una sociedad que en definitiva ha recodificado sus mecanismos de contacto con esa esquiva y problemática noción de experiencia estética.

La disciplina de la actuación ha corrido necesariamente la misma suerte. La práctica explota a lo largo del siglo con la proliferación de los medios masivos (e.j. el cine, la teleserie, la publicidad, el reality show, etc.) y con las experiencias rupturistas que van desde la Bauhaus hasta el performance de los situacionistas y el fluxus, por solo mencionar algunos.

Umauma Acaso fuese irrelevante tratar de definir con palabras un acto que todo mundo reconoce y sabe cuando lo practica o esta frente de él, si no fuera por que precisamente ya nadie puede decirlo con certeza. Sin conceptos no es posible producir categorías de valoración y ante esa carencia cualquier cosa puede ser actuación. La muerte de la actuación esta signada.

Para Edén Coronado –director de escena, dramaturgo y actor–

  La actuación como disciplina artística presenta una serie de problemas conceptuales al momento de su definición. El más grave es quizá el de su carácter de creador o de interprete. 

martes, 23 de noviembre de 2010

texto inicial a manera de declaración de principios

TALLER
Reflexiones sobre la creación artística.

Sesión Inicial (miércoles 29 de octubre de 2010).
La iniciativa de convocar a un grupo de artistas interesados en la reflexión sobre las problemáticas esenciales de la creación artística (intrínsecas y externas) reunió a Darío Parga (compositor), Edén Coronado(director de escena), César Porras (escritor) y Juan Tejada (arquitecto), albergados por Pavel en Il Fatto Café, con  la intención de establecer un mecanismo de trabajo sobre algunos de los temas que atañen al proceso de la creación desde las distintas disciplinas artísticas, así como su repercusión en la sociedad.
Si entendemos que el fenómeno artístico indispensablemente necesita de su continua discusión que desentrañe sus problemáticas y las exponga frente a creadores de diversas disciplinas, entonces la pertinencia del Laboratorio queda establecida en la disposición a llevar a cabo un taller que por un lado indague sobre los temas que implica al ejercicio artístico y su reflexión, como la exposición de proyectos y obras en particular de los participantes de manera que la teorización decante en la praxis de la construcción.
Se orienta la discusión temática en dos grandes horizontes:
  1. Problemáticas de los mecanismos de la creación artística hoy en día.
  2. Dimensiones y estado de la repercusión social de la obra artística.
En base a la dinámica del taller se establecen tres dinámicas en relación a la obra:
  1. Obra hecha.
  2. Obra nueva.
  3. Obra en proceso.
Concordamos en reunirnos semanalmente para desarrollar un planteamiento temático particular (dentro del marco de los dos horizontes de discusión) y de ello, exponer la obra a manera de taller. Convencidos de la necesidad de abrir los márgenes de la discusión, se conviene invitar en cada sesión a un invitado especifico que desbroce un tema en particular, detonando así la discusión, al tiempo que permanentemente se abra el foro a diversos invitados, y/o nuevos participantes.

Para dar inicio, se establece dar cauce al laboratorio con el tema “la problemática de definición en base a la disciplina artística” a partir de la sesión del 06 de octubre. Esta sesión debería establecer más claramente el rumbo y las posibilidades del ejercicio al profundizar en el tema de la definición del artista y del Arte en sí, a la par de la definición social del Arte. Esto es, la mínima obligación del artista en el sentido de ser reflejo de la realidad. De ahí las repercusiones frente a la tradición (contexto histórico) y a su responsabilidad con el momento actual.